Habiendo terminado el viaje, quiero agregar unas "pequeñas diferencias", con esto finalizaría el blog sobre el viaje a japón, obviamente ya no hay más material para agregar.
En japón, las lavadoras de carga vertical que se encuentran en la mayoría de las casas, no lavan la ropa, la torturan. Al sacar la ropa se notaba como había sido estirada y retorcida, muchas veces enredada con otras prendas. Muchas camisetas grises y ropa delicada no lograron volver del viaje.
Los vigilantes de los parqueaderos, de los edificios, de los supermercados y demás, son generalmente personas de edad, no sé si sean jubilados que quieren ocuparse o personas que no tienen pensión, pero es bueno saber que tienen esa alternativa.
En la universidad de Osaka tenían un grupo llamado EcoRangers, encargados de algunas de las labores de jardinería dentro del campus, todos eran personas con discapacidades como síndrome de Down o retardo mental, imagino que la idea es que todos somos útiles y que sentirse útil también es una terapia.
En los semáforos, mientras la luz peatonal esta en verde, los vehículos pueden girar con precaución siempre y cuando los peatones tengan prioridad.
En los edificios residenciales, generalmente los ascensores tienen ventanas en las puertas, como para poder ver al niño de la maldición al pasar por cada piso.
En los supermercados no hay empacadores, a cada persona se le entrega su mercado en canastas para que lo empaque en bolsas propias, o en su defecto, hay que pagar por las del supermercado. El mercado se lleva a mesas acondicionadas para facilitar el proceso de empaque, luego cada persona lleva las canastas vacías y el carrito (si tiene) a los lugares designados. Si se llevan productos congelados, existe la opción de solicitar hielo seco dispensado por una máquina para que la comida no se dañe.
Apropósito de los supermercados, las filas siempre son cortas, no sé cómo funciona exactamente, pero cuando las filas crecen empieza a aparecer personal que posiblemente estaba haciendo algo más dentro del supermercado y abren las cajas que estaban cerradas para atender la mayor demanda. Las máquinas registradoras las puede manejar cualquiera, los billetes y las monedas se insertan en ranuras especiales, la máquina cuenta y luego entrega el excedente, hasta un niño puede hacerlo.
Debo corregir algo que mencioné con relación al papel higiénico, depende de la marca y el tipo, pero sí viene precortado en segmentos más pequeños, al parecer no existe un estándar.
El talco para pies es muy difícil de conseguir, no sé qué usan en su lugar, quizá simplemente no usan nada. Posiblemente ellos piensan que es una de tantas excentricidades occidentales.
La publicidad en televisión, revistas, vallas, periódicos, etcétera, es única, cómica o perturbadora pero siempre impactante, no podría describirla, si alguien tiene curiosidad puede hacer una busqueda en youtube de "comerciales japoneses" y verá de qué hablo. http://youtu.be/_zIYCuiGKoY
En algunos restaurantes, las libretas con las que los meseros toman los pedidos son electrónicas, no tienen que escribir a mano, solo teclean dentro de una enorme variedad de botones disponibles y listo, una corta espera y a comer. Lo usual es que las bebidas se sirvan en vasos reusables, los vasos desechables solo los vimos en algunos lugares o cuando las bebidas son para llevar. Y si, más de una vez me tocó un vaso sucio.
Las escaleras eléctricas están en todas partes, sobre todo en las estaciones de metro. Para que la gente que tiene prisa pueda ir más rápido (por lo menos creo que ese es el motivo) la gente se para al lado izquierdo de las escaleras, dejando el lado derecho libre para que el que lo desee pueda subir esquivando la larga fila de gente que no está tan apurada (eso es ser considerado).
Así finaliza este blog, quiero agradecer a todos los que revisaron con regularidad las fotos que compartimos y mis tristes ínfulas de escritor (ahí disculpan).
Muchas gracias